Todos los viernes voy a comer a casa de mi
abuelo, me gusta mucho sus comiditas, que son tortilla o lentejas, (las comidas
más ricas del mundo). Después, siempre llevo mi cepillo, me lavo los dientes y vamos a pasear a Lola.
En otoño os dije que no se portaba bien, pero
ahora ya se porta mejor. Cuando la subimos no quiere pero yo tengo truquitos:
le enseño sus chuches favoritas y viene rápidamente, coge la chuche y salta
encima de mí, y no solo eso, sino que
también me relame mucho la cara y se va a su colchón.
Después de esa aventura, estoy con mi abuelo
viendo el programa ¡Ahora Caigo! Porque claro, después de llegar hasta Suevos
caminando nos cansamos un montón.
Al acabar de ver la tele, merendamos siempre
bocadillos ricos y hacemos pasatiempos. Anochece sin enterarnos. Poco después, hacemos la cena (pescado) y
patatas de su huerta (están muy ricas).
Me lavo los dientes y me acuesto.
Mientras, mi abuelo me cuenta
historias hasta que me duermo. ¡Qué
bien me lo paso!
Por Fátima Mahdaoui