Había una vez…
Don Dulces
A Don Dulces le gustaba tanto el chocolate que decidió montar una
fábrica de chocolate. La fábrica abría a las 16:00 y cerraba a las 20:00
Una noche don Dulces cerró la fábrica y cuando había acabado de trabajar… Fue a su casa a dormir al poco tiempo despertó y escuchó ¡paf! Se levantó y miró por la ventana, como no veía nada se acostó y siguió durmiendo.
Al día siguiente don Dulces se despertó y se fue a la fábrica como todos los días, pero al llegar gritó:
-¡Ahhh! Ya no queda nada de la fábrica, las ventanas rotas y todo manchado. Llamó a la policía y se lo contó.
Lo primero que encontraron fueron unas huellas, las siguieron y les dirigían a la casa del perro.
-¿Has comido tú mi chocolate? –preguntó don Dulces, pero él no dijo nada, se quedó parado.
A Don Dulces le vino un agradable olor desde la caseta, miró dentro y allí estaba el chocolate, lo castigaron a hacer todo el chocolate que había cogido.
por Joana e Noa
Una noche don Dulces cerró la fábrica y cuando había acabado de trabajar… Fue a su casa a dormir al poco tiempo despertó y escuchó ¡paf! Se levantó y miró por la ventana, como no veía nada se acostó y siguió durmiendo.
Al día siguiente don Dulces se despertó y se fue a la fábrica como todos los días, pero al llegar gritó:
-¡Ahhh! Ya no queda nada de la fábrica, las ventanas rotas y todo manchado. Llamó a la policía y se lo contó.
Lo primero que encontraron fueron unas huellas, las siguieron y les dirigían a la casa del perro.
-¿Has comido tú mi chocolate? –preguntó don Dulces, pero él no dijo nada, se quedó parado.
A Don Dulces le vino un agradable olor desde la caseta, miró dentro y allí estaba el chocolate, lo castigaron a hacer todo el chocolate que había cogido.
por Joana e Noa